Era la casa de sus sueños
Para entender bien esta historia, debemos conocer un poco mejor a los propietarios: los Swanson. Esta pareja se puso muy feliz cuando logró comprar la casa en Hawái. Hacía años que tenían en mente mudarse a la isla y, después de trabajar y ahorrar dinero, por fin pudieron cumplir su sueño. Encontraron su hogar en un dúplex increíble.
A sus ojos, estaban en el paraíso, y en papel, su casa era todo lo que siempre habían soñado. ¡No lo podían creer!
Todo parecía perfecto
La nueva casa parecía satisfacer todos sus deseos. No solo la propiedad en sí era hermosa, sino que también estaba en un barrio que les parecía ideal. La zona era preciosa y tranquila, tenían suficientes tiendas en los alrededores. Hasta había bares y restaurantes para distenderse.
Mientras se mudaban, empezaron a ilusionarse con su vida allí. Y se morían de ganas de invitar a su familia y amigos.
Decidieron hacer cambios
Aunque su casa de Hawai era preciosa, querían hacer algunos cambios. Lo primero era sacar unos juegos infantiles que estaban un poco deteriorados en el patio trasero. Si sus hijos hubieran sido más pequeños, sería un área perfecta para ellos; sin embargo, ya eran demasiado mayores para disfrutar de este espacio.
Así que era una decisión lógica, pero cuando se pusieron manos a la obra, no se imaginaron las consecuencias que acarrearía.
La vecina se opone
Aunque los Swanson tenían la impresión de que podían hacer lo que quisieran en su propiedad y con los juegos infantiles, su vecina, Tanya, opinó diferente. De hecho, le molestó mucho lo que la pareja hizo. Alegó que esos juegos estaban en una zona del jardín que, al parecer, compartían y por eso no tenían derecho a quitarlos.
Según ella, esto infringía las normas, ya que supuestamente estaba en su propiedad. Además, lo planteó de una manera muy grosera.
Los Swanson intentaron mantener la calma
Al principio, los Swanson decidieron manejar las cosas de una manera diplomática. Lo último que querían era molestar a su vecina. Así que la esposa, Emily, decidió que la única forma de resolver el problema era sentarse a hablar. Le explicó que había hablado con el casero de Tanya y que este aprobó que sacaran el área infantil.
Por supuesto, a ella no le gustó que actuarán a sus espaldas, así que dio rienda suelta a su ira.
Emily no consiguió razonar con ella
Lo último que querían los Swanson era enemistarse con su vecina a los pocos días de haberse mudado, por eso quisieron zanjar la discusión rápidamente. Así que Emily decidió intentar razonar con ella. Afirmó que actuaban con permiso del propietario y que no querían que los hijos de Tanya volviesen a jugar en su jardín
Aun así, la vecina no dio el brazo a torcer. La pareja se dio cuenta de que no había terminado. Y no pasó mucho tiempo antes de que los problemas volvieran.
Tanya planeó una ruidosa fiesta como respuesta
Aunque ellos no tenían problema con su vecina, también sabían que tenían razón. Una noche después del altercado inicial, Tanya se vengó con una fiesta ruidosa e invitó a cientos de personas a su casa.
Los Swanson supieron de inmediato lo que tramaba: su misión era sembrar el caos. Y a partir de ese momento, las cosas fueron de mal en peor.
Un mal invitado entró en la casa de los Swanson
Aunque querían llamar a la policía para denunciarla, sabían que eso no ayudaría. Así que se quedaron en casa e intentaron ignorar el ruido de la fiesta de al lado. Sin embargo, en ese momento, fueron interrumpidos por un invitado grosero e inoportuno.
Para su sorpresa, uno de los invitados de Tanya pensó que estaría bien usar el baño. Por supuesto, Emily y su marido no se tomaron muy bien que un completo extraño entrara en su casa.
Los Swanson estaban aterrorizados
De hecho, los Swanson tenían miedo. Se habían mudado a Hawái para vivir su sueño y disfrutar de la tranquilidad de la isla, pero en lugar de eso, solo tenían problemas tras problemas. Y el extraño en su casa fue la gota que rebalsó el vaso. El desconocido aclaró que fue solo un malentendido, y que Tanya le había dicho que entrara.
Según el hombre, ella le había dicho que era la dueña de las dos propiedades, por lo que podía usar los baños. Y aunque Emily le dijo que no era así, lo mismo lo usó.
Tanya quería una disculpa
Aunque los Swanson podían realizar una denuncia, le pidieron al hombre que se fuera. Cuando regresó a la fiesta, le contó lo ocurrido a Tanya. Y esta no dudó en ir hasta allí y decirles lo que pensaba. Al fin y al cabo, creía que querían avergonzarla.
Durante diez minutos, los acusó de intentar hacerla quedar mal y afirmó que no merecían ser sus vecinos ni vivir en aquella casa.
Los Swanson idearon un plan
Emily y su marido no sabían qué hacer mientras la escuchaban decir comentarios despiadados. Era la primera vez que alguien les causaba tanta indignación y no podían creer que fuera tan grosera. Y aunque querían desquitarse, no querían rebajarse a su nivel. Así que decidieron idear un plan.
Sabían que necesitaban una forma de demostrar que Tanya estaba equivocada, pero ¿cómo lo harían? Intentaron idear el plan perfecto.
Continuaron con la renovación
Decidieron continuar con la renovación de su hogar, ya que no iban a dejar que Tanya les asustara ni les arruinara su sueño. No permitirían que ella ganara. Al fin y al cabo, estaban seguros de tener razón.
Así que continuaron con sus planes de construir una cocina al aire libre y una hoguera en su patio trasero. Sabían que Tanya se quejaría, pero no les importaba.
Tanya empezó a entrometerse
Emily y su marido trabajaban en la casa, mientras intentaban pensar en el lado positivo. Después de años y años de ahorrar, por fin estaban en Hawái y vivían la vida que habían soñado. Además, les encantaba poder darle “su toque” a la casa. Sin embargo, un día Tanya empezó a husmear por encima de la valla.
Aunque no lo hacía con malicia, los Swanson se dieron cuenta de que algo no iba bien. Estaba siendo demasiado educada, y pronto descubrieron la razón.
Organizó otra fiesta
Esa misma noche, se dieron cuenta de por qué Tanya había estado tan tranquila. Mientras Emily y su marido trabajaban duro en su casa, su vecina ideaba un plan para molestarlos. Había planeado otra gran fiesta en el terreno que compartían, lo que significaba que tenían que aguantar otra noche larga y ruidosa.
Esta vez, se prolongó hasta altas horas de la madrugada y no pudieron dormir. Sabían que Tanya buscaba que se mudaran, pero no iban a lograrlo.
Tanya perdió los estribos
Puede que durmieran muy poco, pero eso no les impidió que continuaran con las reformas. Días antes, le habían contado a Tanya la mayoría de los planes para la casa, pero no le contaron el proyecto más importante. Se disgustó cuando se enteró.
Los Swanson esperaban una respuesta negativa de su vecina, pero ella reaccionó de un modo que les asustó. Les gritó, les soltó improperios y perdió los estribos.
Instalaron una valla
¿Qué habían hecho? Los Swanson decidieron construir una valla alrededor del terreno compartido entre su casa y la de Tanya. Querían tener privacidad y, al mismo tiempo, dividir bien los terrenos. Y como lo hicieron dentro de su propiedad, sabían que no habían hecho nada malo. Sin embargo, su vecina no lo veía así.
Tan pronto como la vio, se enojó. No se guardó nada a la hora de expresar su opinión, y los Swanson trataron de ignorarla. Sin embargo, entonces apareció alguien más.
El novio de Tanya se involucró
Aunque los Swanson pensaban que Tanya era mala, no era nada comparada con su novio Billy. Y cuando él apareció en escena, Emily y su marido se dieron cuenta de que las cosas no iban a mejorar. Comenzó a arrojar latas de cerveza y colillas hacia su patio. Además, profirió insultos contra la pareja porque le habían faltado el respeto a su mujer.
Por desgracia, esa no fue la última vez que lo vieron. A medida que pasaban los días, Tanya y Billy organizaban fiestas y arrojaban aún más basura.
Las discusiones no acabaron ahí
Para los Swanson, las cosas no podían ir peor. Su vecina había logrado que su sueño se convirtiera en pesadilla, pero las cosas se agravaron aún más por el muelle. Como eran propietarios de más del 50 % del dúplex, tenían derecho a 9 metros del muelle compartido, mientras que el casero de Tanya solo 4 metros. Sin embargo, los problemas surgieron cuando se dieron cuenta de que Billy tenía atracado un barco de 9 metros en el muelle.
Aunque Emily y su marido no habían previsto este problema, sabían que tenían que solucionarlo. Al fin y al cabo, ellos nunca permitieron que dejara ahí la embarcación.
Los Swanson querían alquilar su muelle
Al no tener ningún barco y para ganar algo de dinero extra, pensaron en alquilar su espacio en el muelle. Como la embarcación de Billy ocupaba una gran parte del mismo, sabían que tendrían problema para hacerlo.
Cuando Billy salió a navegar, Emily y su marido dispusieron que los arrendatarios aparcaran en el muelle. Sabían que provocaría reacciones negativas, no previeron la magnitud de las mismas.
Tanya les dio una mala reseña
Los Swanson no eran ingenuos; sabían que estaban en medio de una batalla con su vecina. Sin embargo, seguían convencidos de que no habían hecho nada malo, aunque Tanya y Billy pensaran lo contrario. Sobre todo, al enterarse de que habían alquilado “su espacio”.
Tanya se quejó públicamente. Escribió una mala reseña de la pareja y de su muelle en el periódico local y agregó que eran unas personas groseras e irrespetuosas.
Tanya fue a la policía
Pero no se detuvo ahí. Además de dejar una crítica negativa, acudió a la policía para denunciar a la pareja. Los Swanson pronto se enteraron de que quería presentar cargos contra la pareja por violar un acuerdo verbal que supuestamente les permitía utilizar su muelle durante tres meses. Por supuesto, esto no era cierto y era algo que nunca había sucedido.
A los ojos de Emily y su marido, ir a la policía y hacer afirmaciones falsas sobre ellos era algo que no podían aceptar.
Incluso fingió ser Emily
A estas alturas, los Swanson empezaban a tener miedo. Esperaban que este trozo de paraíso les llenara de felicidad, pero lo único que obtuvieron era estrés por culpa de Tanya. Lo que no sabían, sin embargo, era que ella tenía otros planes. Mientras la pareja estaba fuera, se hizo pasar por Emily.
Llamó a la gente que alquilaba el muelle y les dijo que tenían que mover el barco. Por supuesto, lo hicieron, y Billy trajo de nuevo su embarcación.
Emily tuvo que llamar a la policía
Emily no tardó en enterarse de que Tanya se había hecho pasar por ella. La pareja ya había soportado demasiado y no podía aguantar más. Así que decidieron llamar a la policía, temerosos de lo que ella pudiera hacer a continuación. Por suerte, la policía les creyó.
Después de explicárselo todo a la policía, el agente decidió pedirles a Billy y Tanya que movieran el barco. Por supuesto, esto no salió bien.
Tanya continuó su ataque
Tanya y Billy no escucharon al policía, y alegaron que el agua era de dominio público y que Emily y su marido no tenían derecho a reclamar la propiedad del muelle. Y como gritaron tan fuerte, los Swanson lo oyeron todo y se dieron cuenta de que su vecina no se iba a detener.
Lo peor era sentir que su sueño se apagaba. Habían trabajado tan duro para conseguirlo, y Tanya se lo había estropeado todo.
Sus vidas habían dado un vuelco
Aunque muchas personas se habrían detenido cuando la policía se involucró, Tanya y su novio todavía buscaban venganza. Cada semana empeoraban más las cosas con el objetivo de echar a Emily y a su marido de su casa. Y si bien ellos consideraron la posibilidad de mudarse, se dieron cuenta de que esos horribles vecinos ganarían.
Tanya incluso animó a sus hijos a que tiren la basura por encima de la valla y lancen fuegos artificiales en el lado del muelle de los Swanson.
Duró años
En definitiva, esta situación duró años y años. Y su vecina del infierno no paraba, hizo todo lo posible por estropear el sueño de los Swanson, y casi lo consigue. Durante este tiempo, la policía ya sabía a qué atenerse en cuanto recibía la llamada. Fue una pesadilla.
Emily y su marido solo deseaban disfrutar de su vida en Hawái, pero Tanya lo había hecho imposible. Hubieran perdido la esperanza de no saber que la policía estaba de su lado.
La policía los apoyó
A lo largo de este proceso, habían llamado innumerables veces a la policía. Y aunque Tanya y Billy creyeron que estaban de su lado, no fue así en absoluto. Los agentes sabían que aterrorizaban a Emily y su marido, pero no sabían qué hacer al respecto. Técnicamente, no habían hecho nada ilegal.
Lo que ellos desconocían era que el karma siempre vuelve. Y el suyo estaba a la vuelta de la esquina.
La llamada que lo cambió todo
En este punto, Emily y su marido casi se habían dado por vencidos. Hablaban de poner su casa en venta, pero antes de poder hacerlo, recibieron una llamada. Era del casero de Tanya, que venía con una noticia que lo cambiaría todo para ellos. De hecho, llegó en el momento perfecto.
Cuando Emily escuchó lo que tenía que decir, se paró en seco, miró a su marido y supo lo que tenían que hacer.
Estaba cansado de los inquilinos
Lo que el propietario le dijo es que estaba cansado de tener inquilinos problemáticos como Tanya. Y aunque necesitaba el dinero extra, pensaba que no valía la pena. Estaba harto, al igual que los Swanson, de Tanya.
Emily se sintió aliviada al saber que también le causaba problemas y que no eran los únicos a los que aterrorizaba. Pero ¿qué significaba todo esto?
Presentar una propuesta
Al principio, Emily no entendía por qué la llamaba el casero. Hasta que se dio cuenta de que le hacía una propuesta. Quería vender la casa y se preguntaba si ellos querían comprarla. Sabía que Tanya les había causado mucho malestar, y pensó que sería la solución perfecta al problema.
De esta manera, el propietario podría conseguir vender sin tener que lidiar con agentes inmobiliarios, y los Swanson se librarían de su vecina de pesadilla.
Tuvieron que pensarlo
Aunque no cabía duda de que la oferta los tentaba, también debían pensar con tranquilidad. Al fin y al cabo, comprar la casa de al lado les costaría mucho dinero, aunque terminaría con su pesadilla. Así que tenían que asegurarse de que era la opción adecuada para ellos.
Reflexionaron durante un rato, hasta que tomaron una decisión.
La solución perfecta
Al final, Emily y su marido decidieron comprar la propiedad. No solo resolvieron el problema, sino que sabían lo que iban a hacer con ella. Emily siempre se había preguntado qué sería de la vida de sus padres cuando se hicieran mayores. Y siempre había soñado que ellos se mudarían a Hawái.
Al comprar la casa de al lado, se aseguraban de tener sus vecinos de ensueño: los padres de Emily. Y cuando se concretó la venta, se pusieron manos a la obra.
No tenían ni idea de lo que se les venía encima
Por supuesto, Tanya y Billy no tenían ni idea de lo que se les venía encima. Aunque el casero les había informado de que vendería la casa a un nuevo propietario, ellos pensaban que no les afectaría porque eran unos inquilinos perfectos. Los nuevos dueños opinaban diferente.
Sin embargo, querían darles la oportunidad de resarcirse. Así que, antes de echarlos por completo, decidieron darles una opción.
Emily estaba allí
Como Tanya desconocía quiénes eran sus nuevos caseros, Emily decidió darle la noticia. Así que llamó a su puerta y le dijo. Cómo no le creía, tuvo que sacar los papeles para demostrarlo.
Por si fuera poco, Tanya también se enteró de que esperaban el alquiler para finales de mes, y este era uno de los cambios en el contrato de alquiler.
Le pusieron precio
Como propietarios de la casa, podían modificar el contrato y querían que Tanya y Billy se quedarán sin casa. Así que Emily les explicó que le iban a subir el alquiler y que esperaban recibirlo en pocas semanas. Por supuesto, sabían que era muy poco probable que pudieran hacer frente al aumento, pero querían darle la opción de todos modos.
Al poco tiempo, se enteraron de que su plan había funcionado: decidieron abandonar la casa porque ya no podían pagar el alquiler.
La madre de Tanya se disculpó por su hija
Sin ningún otro lugar adonde ir, Tanya se vio obligada a mudarse con su madre. Y aunque una parte de Emily y su marido se sentía mal por ella, también sabían que era la culpable de lo que le pasaba. Había sido una vecina horrible y había hecho de sus vidas un infierno durante años.
En un momento dado, la madre de Tanya incluso se disculpó con los Swanson por el comportamiento de su hija. Sabía que había sido grosera y brusca, y llegó a decir que se avergonzaba de ella.
No sé de dónde salió
Durante una conversación con la madre de Tanya, los Swanson aprendieron mucho más sobre su vecina del infierno. Se disculpó por la forma en que su hija los trató y desconocía las razones, ya que ella la había educado para que sea una persona cariñosa y afectuosa.
Aunque Emily no sentía pena por Tanya, sí la sentía por su madre porque se iba a mudar con ella. Aun así, se alegraba de haberse librado de ella.
Se hicieron amigas
En un extraño giro del destino, Emily y la madre de Tanya no tardaron en hacerse amigas. Parece que la experiencia las había unido. De hecho, compartían la afición por la repostería, por lo que a menudo se reunían para hornear pasteles y galletas para el resto del vecindario.
Emily no podía creer lo diferente que era Tanya de su madre, pero apreciaba el hecho de que ella entendiera lo que había sucedido.
Tanya estaba celosa
Cuando Tanya se enteró de que su madre y su exvecina eran tan buenas amigas, se puso furiosa. No podía creer que le hiciera algo así y estaba celosa de que tuviera tan buena relación con alguien que la odiaba. Sin embargo, para ella fue una gran enseñanza, ya que se dio cuenta de que la situación había sido provocada por sus propias acciones.
Esto obligó a Tanya a replantearse cómo trataba a la gente, y, en especial, a sus vecinos. Y esperemos que ahora sea una mejor persona.
Por fin libres y disfrutando de la vida
Con Tanya lejos y una nueva amiga, Emily y su marido comenzaron a disfrutar de su sueño. Aunque al principio estuvo plagado de tensiones y altercados, al final pudieron vivir los encantos de la isla. Y, por supuesto, todo fue perfecto cuando los padres de Emily se mudaron al lado.
Con estos nuevos vecinos, los Swanson sintieron que por fin podían empezar a disfrutar su vida.